Tipificación de los delitos de alcoholemia
A continuación, conocerá cuáles son los límites a partir de los cuales la conducción bajo los efectos del alcohol es considerada como un delito de alcoholemia, con todo lo que ello implica. En función de cómo se realice la medición, encontramos:
- Test de aire espirado: a partir de los 0,60 miligramos por litro. Esta prueba se realiza utilizando un alcoholímetro o etilómetro, ambos aparatos medidores de altísima precisión.
- Análisis de sangre: si la tasa que se obtiene es superior a 1,2 gramos por litro. Estos análisis se efectúan a partir de la muestra de sangre que se le extrae al sujeto.
Si se superan estas cifras, la conducción se considera un delito, y como tal es penado por ley. Para que tenga claro a lo que se expone, las penas aplicables en estos casos, de quedar probada la conducta delictiva, son las siguientes:
- Cárcel de 3 a 6 meses.
- Multa económica de 3 a 6 meses.
- Trabajos en beneficio de la comunidad durante un periodo de tiempo que puede ir desde los 31 a los 90 días.
Aparte, tras la mayoría de los juicios rápidos por alcoholemia, es habitual que se imponga la retirada del permiso de conducir durante como máximo 4 años. Y, si se ha sido causante de un accidente de tráfico, habrá que hacer frente también a la reparación de los daños, tanto físicos como morales.
Negarse a realizar la prueba podría acarrearle importantes consecuencias negativas, independientemente de si esta se realiza en un control policial o en relación con un accidente de tráfico en el que se ha visto envuelto. Al contrario, cobra especial valor el poder negociador de sus abogados para conseguir la exculpación o una condena lo más reducida posible.
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