Los delitos contra la libertad e intimidad sexual
Las agresiones y abusos sexuales son solo una parte del conjunto de los delitos que atentan contra la libertad e indemnidad sexuales y que están específicamente tratados en nuestro Código Penal.
La libertad sexual es la capacidad de elegir llevar a cabo o no una determinada conducta o mantener una determinada relación sexual. La indemnidad sexual, por su parte, hace referencia al derecho a no sufrir daño moral o físico como consecuencia de dicha conducta o relación.
La importancia de la demostración en los delitos de índole sexual
Para demostrar la comisión de un delito sexual, y para asegurar que la resolución es la esperada, lo ideal es que acuda únicamente a abogados de agresiones y abusos sexuales, con acreditada experiencia en estos asuntos. Y es que, aparte de todo lo anterior, entran en juego también a la hora de conseguir probar un delito o no las circunstancias en las que este supuestamente se produce. Por ejemplo, prácticamente sin ninguna duda se considerarían abusos sexuales probados los que se cometan sobre una persona que se encuentra privada de razón o sentido. Esto es, tras haber consumido alguna droga o fármaco que haya podido anular su voluntad.
Delitos sexuales relacionados con menores
Si con la actual legislación se busca reducir y castigar los casos de agresiones y abusos sexuales en general, más especialmente se trabaja en los casos en los que la víctima es menor de edad. Concretamente, menor de 16 años. El esfuerzo es claro en este sentido, y las penas aumentan si se dan, además, las siguientes circunstancias:
- Existe violencia o intimidación.
- Se produce un acceso carnal por vía bucal, vaginal o anal.
- Se prueba una situación de inferioridad de la víctima respecto a su agresor.
- El autor recurre a la tecnología (Internet o teléfono, por ejemplo) para cometer el delito sexual.
- Se incita al menor a intercambiar material pornográfico o a participar en comportamientos sexuales (pederastía).